Un sueño
Su sexto sentido le decía que algo no andaba bien, que debía abandonar aquel terroríficamente bello lugar.
Un pasillo largo, muy largo, que no tenía fin; columnas tan altas que llegaban hasta los planteas mas lejanos y ese inmenso techo abovedado que de día seguro era más esplendoroso.
Todo era siniestro pero, a la vez, encerraba una hermosura infinita.
A la luz de la blanca luna llena y de una vela, las estatuas altas y con un resplandor espectral parecían recobrar vida, despertarse de un largo sueño.
Al mismo tiempo, éstas se fundían con las nubes, a través de los ventanales majestuosos.
Recordaba ese lugar, de pequeña, en sus pesadillas. Pero ahora que estaba allí, parecía todo tan real, bello y escalofriante que no tenía miedo.
De repente, despertó sobresaltada bañada en un frío sudor, pero no de espanto, confundida porque lo vivido pertenecía solo a un sueño, no a una realidad.
Hermoso texto...
ResponderBorrar¡Te felicito!